sábado, 20 de enero de 2018

Pulmón loquillo

Doctor: Te tengo una buena noticia y una mala noticias: la buena noticia es que no tienes una nueva trombosis... la mala, es que podrías tener un angiosarcoma.

La verdad es que el doctor no lo dijo con esas palabras, pero casi.

Todo comenzó en noviembre cuando me resfrié y escupí sangre. La última vez que eso había ocurrido resultó que había sufrido un tromboemlismo pulmonar con infarto y derrame pleural en el pulmón. Cosa poca, que me hizo llorar hasta que me dijeron que el coágulo era pequeño y me di cuenta de que no me moriría necesariamente de eso ese mismo día.
Pero volviendo a un tiempo mas cercano, fui al médico y me hicieron un escaner. El informe decía, eso mismo, que no había trombosis nueva, pero que había una masa irregular (oh shit!) en el pulmón. Y que se aconsejaba, considerar en el diagnóstico un angiosarcoma, y también, aunque menos probable, una infección granulomatosa. ¿Es que acaso no podía ser... no sé, simplemente grasa? O un chicle que me tragué de niña... Eso es algo que pienso ahora.

Leí el informe media hora antes de ver al médico, así que ocupé esa media hora para googlear si el angiosarcoma era tan terrible como lo pintaban en House M.D. y según google, era peor, porque existía un pronóstica de vida de 1 año y en casos excepcionales, 5 años.
5 años era demasiado poco tiempo, para todas las cosas que quería hacer con mi vida.
Cuando el médico finalmente me vió, empezó a preguntarme cómo me había sentido, si seguía con dolor en el pecho y otras cosas que no recuerdo. Le dije a todo que bien y le pasé el informe.
Lo leyó a la ligera, luego lo repasó, luego guardó silencio y luego me dijo "bueno, no tienes otro tromboembolismo".
-¿Leíste el informe?
-Si.
-Te metiste a internet.
-Si, pero me detuve cuando me asusté lo suficiente.

Obvio que no fui tan elocuente, porque estaba aterrada y solo quería escuchar algo menos alarmista que google pronto.
-Bueno, acá en el informe dice que hay algo, que puede ser un angiosarcoma, que es un tumor, malingo.
-Lo sé.
-Lo primero que tenemos que hacer es certificar el diagnóstico, así que voy a llamar a un colega para saber si tienes que ir donde un cirujano de torax o un oncólogo.

Mientras el doctor llamó a sus colegas, yo me desmoroné y me puse a llorar. Cuando terminó de hablar intentó consolarme, pero yo ya había recuperado la compostura y le pregunté qué debía hacer. Tenía que pedir hora con un cirujano de torax, pero ya eran las 8 de la noche y el hospital estaba cerrando, así que tendría que esperar al día siguiente. El doctor no paraba de preguntarme si tenía alguna duda, mientras yo solo pensaba en irme al baño a auto compadecerme tranquila.
Luego de mi pataleta en el baño, me miré al espejo dramáticamente y decidí que sería de esas horribles personas que se vanaglorian de luchar contra el cáncer. Luego, me di cuenta de que no era necesario vanagloriarse y solo bastaba con mantener cierto estoicismo ante la enfermedad. Luego me di cuenta de que la gente finalmente igual se muere, y que aunque lograra superar la enfermedad durante un tiempo, igual mi expectativa de vida estaba disminuida considerablemente y que todo era bullshit.
Tuve ganas de conocer a alguien con quien pudiera hablar pero que no se interesara realmente en mi, cosa de que no sufriera por mi miedo a la muerte. Ahí lamenté no tener relaciones mas frívolas en mi vida.
Logré llegar a la casa sin derramar otra lámina, pero cuando vi a Rodrigo, me volví a desmoronar.
Él si se mantuvo estoico, y me dijo que todo iba a salir bien y aunque no le creí porque no tenía como saberlo, lo agradecí y me di cuenta de que el optimismo ciego tiene un toque reconfortanta.
Luego de una semana eterna, pude ir donde la cirujana de torax que me habían recomendado, quien me preguntó toda mi vida antes de revisar lo que me interesaba. Estuve a punto de decirle "ya comete la maldita naranja!".
-Si, tuve una trombosis, estuve con x medicamento, no, no tengo anticoagulante ahora... si, tengo un teratoma, no, no tengo diabetes, no, ya no escupo sangre, parece que solo fue el resfrío, no he tenido dolor...
Finalmente, me dijo que al parecer, la masa misteriosa, para empezar, no estaba en el pulmón, sino que solo en el torax, y que además, comparando, se notaba que estaba el año pasado, por lo que era muy dificil que fuera un angiosarcoma, porque de haberlo sido, a esta altura ya habría metastasis y eso no había ocurrido.
Ya con el alma en el cuerpo, solo quedaba un problema: esa weá hay que sacarla, y para sacarla, hay que abrir, quebrarme las costillas y meterle mano. Ahora solo debo resolver el cacho de operarme, y de no morir en el quirófano, o por una infección, o de un nuevo coágulo causado por la operación o de traumatismo múltiple causado por un piano que me caiga encima...
Lo único que sé, es que todo esto será una paja
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario