viernes, 12 de enero de 2018

Mujeres: peladoras, envidiosas y chaqueteras

no sé si será el café, o será que he leído tanto comentario aweonao en facebook que siento le necesidad imperiosa de descargarme. Por otra parte, no quiero hacerlo en el mismo facebook, porque es solo darle mas cobertura y movimiento a las páginas que suben noticias u opiniones horribles.
Entonces, yo, contra el concepto de las mujeres como rivales.
¿Por qué? Porque para empezar, creo que es una profecía autocumplida.
¿Por qué? Pues porque si bien, no soy dueña de la verdad... No, ¿Saben qué? Si soy dueña de la verdad. Tan dueña de la verdad como el posteador saco e' wea promedio que postea en las noticias de la radio Futuro. Es decir, fachos y metaler@s misóginos. Si, soy prejuciosa, igual que ellos.
Pero fuera de toda esa broma, creo que la raíz del problema de la rivalidad femenina lo encontramos en los medios de comunicación. Porque tal como la tele nos dice que debemos conformarnos con relaciones mediocres, también le da glamour y estatus a eso de que una mujer para ser considerada digna, se las tiene que valer por si misma y cagarse a otras mujeres, porque esas otras mujeres, si pudieran, la cagarían de vuelta.
Así es como tenemos un ambiente en donde las mujeres pueden llegar con mala disposición a un entorno nuevo y tomarse personal todo lo que ocurre con sus congéneres.
Recuerdo puntualmente una compañera que tuve hace años en una pega antigua. La mina era recepcionista, mientras que yo trabajaba en una oficina que no tenía que atender público todo el día. Para empezar, cuando llegué y me presenté, ella me miró como si yo fuera una barata que quiere subirse a su pierna. Luego, ya trabajando constantemente con ella, ocurría que mas de una vez me contestó mal o me ignoraba cuando yo intentaba bromear. Nunca me lo tomé personal, porque meses antes, yo había desempeñado ese mismo cargo en ese mismo lugar y por lo tanto, sabía lo horrible que era, y el humor que podía generar en cualquier persona. Así que nunca decaí en mi actitud amable (siendo que yo normalmente no soy amable) y nunca intenté "cagarla" de alguna forma. Es mas, creo que en mas de una ocasión, encubrí un par de negligencias suyas, porque no habían sido realmente perjudiciales dentro del trabajo y solo se las señalé a ella para que tuviera mas precaución.
Con el paso de los meses, comenzó a ablandar su actitud conmigo y finalmente llegamos a llevarnos muy bien y a apoyarnos mutuamente en el trabajo.
No sé si ella me peló cuando ya nos llevábamos bien, no sé me odiaba en secreto y fingía lo contrario, aunque en realidad, no veo la necesidad tomando en cuenta de que fue odiosa en un comienzo y se dió la molestia de cambiar eso, pero la verdad, es que no me importa, porque yo no la odié en secreto y no hablé nada a sus espaldas sin su autorización.
Y no, no soy mejor que las demás, porque yo también he odiado a mujeres del trabajo cuando he estado estresada y finalmente terminamos llevándonos bien porque ellas se han mantenido civilizadas mientras las odio.
No creo que las mujeres seamos unas víboras por naturaleza, ni que nos odiemos en secreto y todo el aprecio que nos profesemos sea una farsa. Somos víctimas de una predisposición que nos han impuesto (sí, dije víctimas, ok? porque las mujeres nos victimizamos, no como aquellos hombres que se quejan porque no pueden gritarle ordinarieces a las mujeres sin miedo a ser criticados por redes sociales), ya sea la sociedad misma, la tele, la publicidad y todo eso.

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