jueves, 31 de octubre de 2013

estoy sorprendida

Siempre que veo gente prepotente por la vida, los desprecio, con todo mi ser, me dan deseos de que existiera el diablo para que se les apareciera y se cagaran todos.
Supongo que a nadie la agrada la prepotencia, y veo que la mayoría de las personas intentan no ser prepotentes porque conocen la empatía y saben lo desagradable que es recibirla.
Hoy por primera vez en la vida, acabo de conocer el sabor de la prepotencia y me ha gustado.
No me mal entiendan, cuando digo el sabor de la prepotencia no me refiero a que me haya portado como el estereotipo del prepotente, sino que mas bien me puse pesá con algo y creo que cuando eso se vuelve crónico aparece la prepotencia. Explico esto antes de que salga alguien diciendo que en realidad la prepotencia no es la mejor opción y que tooooodo se puede decir con bueeeeenas palaaaaaabras... etc.
Ocurría que "contraté" a un amigo para que me diseñara un par de cosas para el negocio. Como hace un mes revisamos qué se podía hacer y el me dió como fecha una semana, en esa primera fecha, no tuve noticias de él. Ya, filo, pensé yo, esperé, de vez en cuando le mandaba mensajes amables por el facebook, solo uno lo respondió diciéndo que había avanzado un poco, pero nada lo convencía, que iba a ponerse al día el viernes (era miércoles). Llegó dicho viernes, el sábado, domingo, lunes... nuevo miércoles, y nada.
Finalmente hoy, jueves de la semana siguiente, me dió la weá y le escribí un testamento, donde básicamente le decía que si bien no era mi intención que me tuviera listo algo altiro, necesitaba saber sobre sus avances, que comprendí si tenía pega u otras cosas en la vida, pero que al menos tuviera la decencia de decirme eso.
Luego de todo el discurso, en menos de 20 minutos ya me había respondido, disculpándose y ofreciendo mandarme el fin de semana sus avances y que si no me gustaba nada, entonces me devolvía lo abonado.
Ahí comprendí a los prepotentes, en casi un mes siendo buena onda, no había recibido ninguna respuesta decente, y me pongo un poco pesá y al parecer las cosas anduvieron mejor. Y claro, si encuentras la eficacia en eso, puede volverse adictivo, pero como toda adicción sigue siendo despreciable.
Tal vez debería practicar la prepotencia para atacar a los prepotentes, una weá como unirse al lado oscuro de la fuerza

Maldición, debí haber visto star wars para ser mas ñoña

jueves, 24 de octubre de 2013

yo contra los testigos de jehová

creo que esto ya es tan común que entra casi en la categoría de lo políticamente correcto. Como que está bien putear a los testigos de jehová, o es imaginación mía?
En fin, hoy iba por la calle y un grupo de mujeres de cabello tan largo como sus faldas me detiene, una de ella me dice
-¿Disculpa? Te puedo pasar algo, para que lo leas después?
Y desde lejos vi la revista atalaya, y pensé "si quisiera leer algo, leería juego de tronos, una historia mucho mas enriquecedora y menos violenta que la biblia".
Debí haberles dicho eso a las mujeres, pero se me ocurrió como 30 mts después, así que solo me limité a decir "Do'h"

no tengo cerebro

y es triste, porque antes yo me mandaba las tremendas pajas mentales, pero ya no.
Hace como un mes, ocurrió que durante una semana dormí cada noche menos de 8 horas y eso bastó para irme a la mierda.
El cuerpo actuaba como una entidad independiente de mi cerebro, o mas bien como que andaba una nota mas abajo de mi cerebro. Me ocurrían cosas como andar por la vida 10cm mas cerca de los objetos de lo que debía, lo que se traducía en golpearme los hombros con los umbrales de las puertas, no agarrar los objetos con la suficiente fuerza como para que no se cayeran... etc. El colmo, fue un día que me bajé de la bici y me pegué en la pantorrilla con el pedal, cosa que no me ocurría desde que retomé la bici activamente, como hace dos años, y cuando ocurría, era saliendo del depto, bajando la escalera, etc, no BAJÁNDOME DE LA BICI EN UN LUGAR PLANO.
Ahora me encuentro en una etapa mas digna, donde olvido sustantivos o adjetivos, al menos uno por oración, lo cual me desespera y me pone de mal humor, como todas las cosas en el universo.