miércoles, 6 de enero de 2016

Las apariencias engañan

Lo siento, el título es como medio cliché, pero es cierto!!
Hoy fui a comprar a una conocida (no sé si tan conocida en realidad) tienda de artículos eróticos y de salud sexual de acá de santiago. La cosa es que fui a comprarme un artículo misterioso que no especificaré...
era una copa menstrual, ok?
La cosa es que la niña amable que me atendió, me pregunta amablemente si quiero que eche la copa en "esta bolsita". Y yo no miro la bolsita, y pienso "por qué no?".
Y salgo a la calle, con la copa en la bolsita. Después cacho, ya en la calle, que la bolsita dice con letras gigantes el nombre la tienda...
No quise entrar en pánico, total era el nombre de una tienda... cuántas personas iban a conocer el nombre la tienda? y aunque así fuera, soy una mujer adulta que no teme mostrar su sexualidad al mundo y... mientras me decía eso, caminando con la frente en alto como Cersei cuando recién salió del Gran Septo de Baelor, llego al metro y veo mejor la bolsa, que no conforme con decir el nombre de la tienda con letras gigantes, dice además a modo de subtítulo "juguetes para grandes".
Era oficial: todos iban a creer que me había comprado un vibrador, o un kit de sadomasoquismo como mínimo, porque claro, nadie se va a comprar algo tan inocente como una copa menstrual.
En ese momento ya me parecía mas indigno intentar esconder la bolsa, así que seguí con frente en alto, hasta que me bajé del metro, pasé a mirar una vitrina y ahí doblé la bolsa lo mas que pude para que cupiera en mi diminuta cartera de ese momento.
Desde ese día salgo con mochila y se acabó la weá

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