Como ya no gasto dinero en libros porque si quiero leer algo lo descargo y lo leo en el kindle que no es kindle porque en realidad es de otra marca, lo correcto sería decirle e-reader pero todos sabemos que eso no ocurrirá... realizo el acto de comprar banalidades que mejoren mi calidad de vida en compensación por los lujos que no me puedo dar. Como tener tiempo para quedarme una tarde viendo placeres culpables que nadie mas ve.
La cosa es que me empecé a comprar bálsamos labiales de una manera poco saludable. Todo empezó porque me regalaron hace un tiempo, un huevito de EOS, que yo amaba y me echaba a cada rato. Considerando el uso y abuso que hice del bálsamo, se acabó y quise mas. Pero como que esa huevada o la compras porque fuiste a Miami o se la compras a alguien que compra en Miami para vender acá, porque así por tienda... no llega.
Y no le compro a la vendedora hippie porque me arriesgo a que me deje plantada y llegue media hora después.
Así que terminé comprando un blistex con sabor a frutos del bosque en el Preunic, del cual también hice uso y abuso, pero también se me acabó, y decidí tirarme con algo mas pituco y elaborado, y fue así como terminé comprando éste lindo pack de Sheet!
Inicialmente iba a comprar solo uno, pero encontré el tarrito en oferta, con 3, de diferentes sabores... que mas tarde caché que no son sabores.
Sheet es una marca que inicialmente vendía cosas con el diseño de su ovejita (Sheet). Al parecer el tema mas cosmético es relativamente nuevo, pero desde hace un par de años ya había visto sus productos en el sector de compras compulsivas de Republic of Beauty. Nunca caí, porque solo había visto cremas de manos y bálsamos labiales, que eran un producto despreciado por mi en ese entonces.
La cosa es que me entusiasmé con el sabor de guinda, y ocurrió que venía en un pack de tres, junto con uno de melón y uno de cabritas. Así es, cabritas.
Luego de comprarlos, me encontré con que, bueno, para empezar, no eran dulces y eso me decepcionó hasta cierto punto, hasta que me di cuenta de que todos los bálsamos tenían nombres divertidos, como por ejemplo, uno, de vainilla, que yo juraba que era Pop Corn en realidad se llamaba Cock Porn, el de cereza se llamaba Fuck It y el de melón... Weón melón. Ok, la originalidad del nombre no era proporcional al "sabor" del producto, porque en serio... ¿Melón? ¿Cómo es que nadie lo pensó antes?
Y bueno, los bálsamos son vegetarianos, cruelty free, libres de petróleo, de parabenos, de despertágenos, probióticos, superalimentos, madre y padre a la vez.
Todo bonito, y todo nice.
Finalmente, en paralelo, seguía con mi deseo de tener balsamos labiales dulces, así que en uno de mis atasques consumistas, mientras compraba algo útil en DBS, me encontré con un set de Lip Smacker son sabores a Coca Cola, Sprite y Cerveza... los tres saben a Media hora.
Ahora si, en serio, varío entre ambos tipos, no solo cuando tengo ganas de que mi bálsamo sea dulce, sino de acuerdo a mis necesidades labiocisticas. ¿Por qué?
Porque los bálsamos Sheet como están hecho con cosas mas naturales así, suele dejarme una sensación mas áspera, aunque menos pegajosa, mientras que Lip Smacker es mas suave y en ciertas ocasiones deja una sensación de mas cobertura, aunque mas pegajosa, que no siempre se quiere, en estos días ajetreados, en que una quiere embalsamarse los labios según la ocasión. Pero si, tengo una cantidad poco saludable de bálsamos labiales, así que no compraré mas, hasta que se me acaben, obviamente.
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