Hay un hecho gracioso que ocurrió hace tiempo que debo plasmar en el blog, para leerlo cuando sea vieja y senil.
Vieja y senil, a quien engaño, si es obvio que moriré antes de eso, ya sea por una trombosis, por un teratoma que terminará convirtiendose en mi gemelo malvado o ahorcada a manos de un cliente enojadado.
Pero dejando de lado el pesimismo, hace algunos años, yo trabajaba con dos niñas mas en una oficina, y ocurría que después de almuerzo, yo compraba brownies choc, y como era una mujer generosa, me daba la weá y comproba dos mas, para darle a las niñas con las que trabajaba. Y ocurría que mis compañeras eran igual de generosas y habían hecho lo mismo, así que las 3 terminábamos con 3 brownies para la tarde.
Era una de las cosas buenas de ese lugar, pero no lo suficiente
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