viernes, 18 de mayo de 2018

De las tetas

Por supuesto, tengo que hablar de esta cosa tan contingente...
es esa la palabra? lo dije bien?
La cosa es que hace un par de años atrás, yo despotriqué contra una cosa que leí por ahí, que se autodenominaba en la columna misma como "tetaterrorismo".
En momentos así es cuando agradece no ser popular y como diría mi madre "por eso no quise ser famosa".
Pero, en defensa de la yo del pasado, la columna qlia era bastante pretenciosa y probablemente por ese lado no logró cautivarme, como machista que era en ese entonces.
El tema es que una es machista hasta que dejar de serlo, no? y aunque suene obvio, ocurre así. De pronto un día dices "oye, si que, que injusta la weá" y empiezas a darte cuenta de un montón de cosas que están mal y es una bola de nieve y de pronto te encuentras diciendo en facebook "y quéeee te importa a voh que la mina quiera mostrar las tetas shushetumare?"
La verdad es que no he llegado a ese punto, pero acá vengo, en mi versión bloggera, a decir, en escencia, lo mismo.
Me ocurre que suelo estar muy apegada a una idea y la defiendo, hasta que de pronto aparece alguien con un testimonio que se me hace de los mas revelador, o me entero de un hecho, o cualquier cosa y de pienso "ya, entonces si eso ocurre, todo lo que pienso presenta una enorme grieta".
Me ocurrió con el aborto, que yo huevié en su momento "que la guaaagua, que la guaaaagua" y entonces me entero que la actividad cerebral aparece a las 12 semanas y me convertí en Yao Ming respecto al tema.
Me ocurrió lo mismo con la sexualización de las mamas femeninas, pero derivado de otra premisa.
Yo siempre había sido defensora del derecho a la incomodidad, e intento serlo dentro de ciertos márgenes que aún no he delimitado (no me presionen, solo soy una chica). Por ejemplo, si tenemos a un tata diciendo que le molesta que ande tanto negro por la calle, yo pienso "déjalo ser... total se va a morir pronto... qué sacamos con decirle algo?".
Y además, porque le tenemos una vida de crianza racista donde no se acostumbró a ver "tanto negro por la calle". Allí, encuentro algo de comprensión dentro de mi corazón izquierdiozo recalcitrante y lo dejo ir... pero antes, yo demostraba el mismo nivel de tolerancia con gente de mi edad que manifestara incomodidad con... los homosexuales por ejemplo. Y la tuve, mucho tiempo, hasta que un día, conversé con Rodrigo sobre el tema y él me confesó, que él en el algún momento de su vida si fue de esas personas que se siente muy incómoda frente a las muestras de afecto entre hombres... y que simplemente se acostumbró a que le dejara de molestar/incomodar.
Lo sé, lo sé... el testimonio de una sola persona, por importante que sea, no es el mejor argumento, pero eso me llevó a pensar que tal vez es cierto, que es solo cosa de que "nos acostumbremos". Que nos acostumbremos a la mujer dando de mamar en recepción mientras de pregunta cosas y tu le respondes como si nada, porque es mejor que la guagua esté colgada de una teta en lugar de llorando y haciendo doler la cabeza...
Y así mismo es cosa de costumbre ver mujeres sin polera y no perder la cabeza... y es cosa de costumbre que una ande sin sostén y la liberación de la pechuga y todo lo demás. Entonces veo que no existe ningún afán de "esfuerzo" en acostumbrarse a la teta revolucionaria de parte de las mentes brillantes que se detienen a comentar estupideces como Jocelyn Holt y como la mata de breas que apoyaron su comentario y pienso "muerte al patriarcado!!! machete contra el macho!!!" etc.
En fin... ya se me acabó la hora de almuerzo 

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