viernes, 6 de abril de 2018

Yo contra el tuti fruti (y contra la patria)

A pesar de lo que dice Aldo Duque, yo encuentro que la llegada masiva de extranjeros al país ha sido una de las mejores cosas que nos ha pasado en la vida.
Principalmente porque gracias a la migración, casi todas las esquinas del centro se encuentran llenas de fruta picada.
No solo con la idea de tener fruta picada en vasos a un precio megainflado marcan una diferencia, sino que finalmente, la fruta picada vendida por alguien no-chileno, sabe guardar las proporciones y no volverse la razón de por qué los niños odian la fruta.
El otro día, salí del metro y compré un vaso de fruta a un chileno, y me decidí que no le compraría nunca mas, porque en lugar de tener piña, frutilla y a lo mas una tercera variedad de fruta, la comadre le hacía echado de todo lo que se le ocurrió al vaso. Así es como yo me encontraba haciendo muecas mientras masticaba lo que tardíamente descubrí como una mezcla de naranja amarga con un plátano, que cual Johnny Depp ya no te quieres comer porque está pasado.
Lo siento, el humor cosificador me hace ojitos y yo caigo, cual mujer frente a una billetera abultada, porque así funciona, no? Dios, como me molestan esos comentarios, cada día que pasa me indigno mas.
Y bueno, pasados algunos meses, hace poco, me compré un yogurt con cereal, asumiendo que solo sería eso, y descubrí que en el fondo tenía pedazos de plátano, que también me generó mas de una mueca.
Loco, el plátano no aguata mucho fuera de la cáscara, por qué lo echan al yogurt? que clase de pasa en los rollos de canela son esas?
El extranjero que te vende fruta, saber que hay mas frutas en el mundo además del plátano y la naranja, y, mejor aún, ha prescindido de ellas, excepto para esos jugos de mierda que yo no compro, porque si voy a gastar luca en algo, espero al menos mascarlo.

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