Como mi vida se ha transformado en bloques donde cinco días transcurren en una monótona agonía, con dos días y medio de máxima satisfacción, no tengo nada nuevo que contar y solo puedo evadir la realidad y el vacío que me agobia dándome vuelta en los mismo temas de siempre: los celos.
Porque, ¿para qué vamos a hablar de cosas alegres si existen temas tan lúgubres y carentes de sentido?
Porque si, podemos justificar los celos como una reacción natural inherente del ser humano por una cosa evolutiva relacionada con el corteza de allí, el hipocampo, el sistema límbico, el cerebelo... anda a saber... pero si nos vamos por esa senda, entre normalizar la celopatía y el parricidio hay un solo paso. Porque si la UDI puede decir que el aborto se usará como reemplazo de los métodos anticonceptivos, puedo yo puedo decir estupideces como la ya individualizada.
Entonces... celos.
La verdad es que definirse como alguien celoso o no celoso es mas bien complejo, porque en mi poca experiencia creo que eso depende de muchos factores, como de cómo inició tu relación, de tus experiencias anteriores, de la actitud del otro, de la seguridad de una misma en ese momento de la vida... etc. Así que no, no puedo andar por la vida diciendo que soy celosa, pero lo cierto, es que soy celosa.
Ya, fuera de hueveo... ¿qué es ser celoso? Porque obvio que hay niveles, no? sino, sería un caso en que de verdad de los celos al parricidio haya un solo paso y ya establecí que eso es una tontera.
Una, en su afán por ser única y detergente, por tratar de ser cool, intenta mantenerse lejos de algo tan primitivo e irracional como son los celos, pero el momento de debilidad puede llegar en cualquier momento.
Como yo estoy muy comprometida con la causa única y diferente, siempre que he sentido algún indicio de celos venir a mi, lo aplasto cual cucaracha de New York, y justamente eso me llevó a una interesante conversación con una amiga.
Yo le contaba que me había pasado un rollo weón hace un par de semanas, cuya base era única y exclusivamente una tincada nacida de la nada, un par de palabras y descripciones que me recordaron una puesta de cuernos de una pareja anterior, pero decidí que cualquier parecido con la relación era mera coincidencia y no representaba necesariamente los actos de Rodrigo, así que listo, lo dejé ir. Y hoy, cuando ya se me había incluso olvidado el episodio, corroboré incluso sin intención, que efectivamente estaba todo en mi cabeza traumada. Ella me contaba que tuvo un evento similiar, solo que ella lo resolvió el mismo día, porque le armó la casa de putas al pololo y él le terminó explicándo a la fuerza las razones de su comportamiento sospechoso, las cuales fueron bastante creíbles al parecer y los dejaron tan contentos como siempre. Ella, defensora de no quedarse con la duda para siempre y yo considerando, opinando que si no hay una sospecha o una vulneración real, no vale la pena discutir nada... qué será lo mejor? vaya a saber una.
Por supuesto que mi modo es mejor, por algo lo ocupo...
Pero fuera de todo eso, de que los celos se conversan, de la sanidad mental, del sentimiento de amenaza... en caso de que efectivamente ocurra algo ¿qué sentido tiene enterarse? No, no lo digo por mi, no digo que prefiero no enterarme, porque yo si tengo mis razones personales para querer saber todo, pero... ¿cual es el punto al final? Ninguno, querer calentarse la cabeza producto del ego herido, porque al final, cuando te cagan, lo que mas duele es el ego.
La autoestima, digámosle, para que no se mal interprete. Me acuerdo de un pololo que tuve en la adolescencia que le dije que me había dolido el ego y me dijo que yo era egocéeeeeentrica, porque solo los egocéeeentricos tienen ego, cuando yo quería referirme al amor propio.
Una persona que busca la paz mental no debería basar parte de su amor propio en la fidelidad del otro, pero como yo solo busco una paz mental superficial, sigo persiguiendo ese dragón mientras puedo.
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