Mientras hablaba de lo que me desagrada el olor de esa gente que fuma tanto tanto tanto que tiene el olor del cigarro impregnado en la piel... que huelen como huelen los cigarros apagados con agua... me acordaba de mi papá, que fumaba y tomaba como condenado y que yo gran de parte de mi infancia, entre todos mis miedos infantiles se encontraba el de volverme una alcohólica o una fumadora empedernida cuando fuera una adulta.
No ayudaba mucho escuchar a los adultos que criticaban a mi papá, porque la gente adulta tiende a hablar de una como si una no estuviera presente, y mas de una vez escuché que a mi mamá y a mi hermano les daba miedo que me volviera alcohólica.
El alcoholismo era lo que mas aterraba a todo el mundo, incluyéndome, porque finalmente si una fuma en exceso, puede seguir operando maquinaria pesada, no? fuera de todas las consecuencias negativas para la salud... pequeño detalle.
Y un buen día, por razones absurdas me puse a fumar y lo dejé for real hasta los 25... 26? 27 años? por ahí. Y bueno, a esta edad sé que no aún no me he vuelto alcohólica y creo que puedo detectar los factores que podrían llevarme por ese mal sendero, así que no veo el alcoholismo en mi futuro (a menos que tenga que quedarme trabajando para siempre en esta oficina)... son miedos que he ido superando, ahora solo me queda uno solo, que es el miedo a que las cosas dejen de importar, que creo que es el miedo mas importante que se debe tener, para no caer en eso.
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