Escribir/hablar sobre copete, siempre te puede volver alguien popular, por eso la gente lo hace.
La verdad, es que he descubierto muchas razones para beber, aunque no las suficientes para caer en el alcoholismo, porque eso, es algo aterrador.
Durante mucho tiempo yo me creí única y diferente y despotriqué contra el alumbrado sediento de alcohol promedio. Ahora, me causa gracia y lo imito, y no necesariamente como simple parodia.
Durante mucho tiempo, siendo yo tan única y diferente, y obviamente superior a los demás, señalé que el que bebedor promedio, es una persona de vida miserable que necesita evadirse y hacer algo descontrolado y autodestructivo, para salir de la rutina y sentirse vivo. Bueno, es cierto, pero yo me creía una persona feliz y en paz con el mundo (chequeteeeeeeta), pues yo no necesitaba el alcohol.
Ahora que soy uno de ellos, que veo el panorama desde dentro, digo que si, que es cierto, que el copete se convierte en una especie de descanso express, porque finalmente haces algo opuesto a trabajar y ser responsable. Estas obligado a ser responsable con algo que no te interesa durante 5 días, 40 a 45 horas semanales, obvio que quieres huir de eso desesperadamente en cuanto sea posible, porque sabes, cual sentencia de muerte, que tienes que volver a ese mundo irremediablemente.
Pero dejemos de ser tan serios y graves... vine a hablar sobre copete.
Con los años, y luego de varias malas experiencias con el alcohol, creo que he aprendido a manejarme lo suficiente para saber qué tomar, cuánto tomar y en qué situaciones tomar y obviamente, como a mi me encanta, he llegado a sentirme tan orgullosa de mi autoconocimiento etílico, que tengo que escribir al respecto.
Por ejemplo, sé que debo dejar de beber cuando el trago me pasa como agua. Porque la última vez que me pasó como agua, terminé vomitando. Y es que vomitar, para mi, es como el punto de máxima decadencia etílica, el tocar fondo, es la cosa que te hace mirarte a ti misma en el espejo, y hablarle a tu ex como si estuviera ahí, diciéndole que por su culpa estas así, mientras tus compañeras de pijamada se ríen y atesoran ese momento, para restregártelo en la cara cuando te vean contenta de nuevo. No es que alguien haya sido patética en 4°... 3° medio. La cosa es que vomitar, no está bien, porque no soy una modelo para andar haciendo esas cosas.
Otra cosa que aprendí, en la misma experiencia de 4° medio, es que estar triste y tomar son una pésima combinación, pero es una cosa que aprendí luego de varios eventos.
Siempre era el mismo patrón... lloraba, tomaba, me reía, vomitaba, lloraba de nuevo y con mas pena que antes del copete, porque además tenía todo el tema del autodesprecio que causa vomitar por copete.
Así que en mi última mala experiencia amorosa, me junté con mis amigas y bebí copete SIN ALCOHOL, y no hice una escena patética, sintiéndome de lo mas adulta. Una recomendación mejor para las penas amorosas es jugar candy crush. Te evades, pero no tienes que concentrarte en algo complejo, porque eso cuesta y al final no logras hacerlo. Bueno, cualquier juego adictivo sirve.
Tomarse una cosita el fin de semana para acompañar el karaoke es una buena combinación. Porque te entonas y eso ayuda a cantar, y te da el valor que guardas para la intimidad... que no es mucho tampoco, porque en realidad sin alcohol ya soy bastante jugosa con mi familia y mis amigos, pero además está el plus del descanso express.
Obvio que tenía mas cosas que decir al respecto, pero las olvidé porque vengo pensando en esta entrada desde hacer dos días.
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