lunes, 28 de agosto de 2017

El señor de los Anillos

Al fin! logré terminar TRES libros de los que compré hace meses. Pero fue la saga del Señor de los Anillos, así que no sé si cuenta como 3 libros.
En fin.
Esta semana les traigo una crítica de un libro que salió publicado hace muy poco tiempo, por lo que tiene mucho sentido escribir al respecto.
No soy buena con las críticas, pero como tampoco tengo talento para hacer un libro (créanme, lo he intentado desde los 11 años), probablemente me sea mas fácil criticar.
Obviamente mi crítica será tan influyente que destruirá la carrera literia de Tolkien y el pobre no volverá a escribir mas... Oh, wait. ¿Qué clase Donald Trump soy? ¿Qué clase de Pinochet? ¿Toda esa gente es así? ¿Comparten el mismo desprecio por la cultura? En fin, ya me estoy desviando.
-El Señor de los Anillos era algo que necesitaba en el momento de mi vida en que lo leí. Porque, es fantasía, lo suficiente para olvidarme de mis problemas.
-Era ficción, lo suficientemente liviana para relajarme, pero no lo suficiente como para que me aburriera como las cosas de Julio Verne, que una a ésta edad siente que ya se le pasó el tren de Verne... o el globo, o el submarino... Pero el señor de los anillos tiene cosas que al leer te hacen sentir tibieza en el corazón (o tal vez será algún otro coágulo loco que tengo por ahí) y eso es algo bonito en los fríos días de invierno.
-Era gente que sufría mientras viajaba y eso me hizo sentir identificada y me enseñó a apreciar que viajar en micro durante 2 horas no es el big deal.
-Todos se querían mucho, al punto de dar mucho material para el Shipeo... o shipeo, no sé, mi cuñada conoce esos términos y me los enseña porque es una niña de 23 años, una child.
Y bueno, yo siempre me he quejado de que las historias con sus finales en general me dejan con gusto a poco, porque no se explaya mucho en lo que ocurre luego de resuelto el conflicto principal. Pues en el caso del señor de los anillos, me ocurrió lo contrario al gusto a poco. El hombre se explaya bastante después del "final inicial".
Hubiera sido otro autor, hubiera terminado con la destrucción del anillo, la gente enterándose de eso y un ejército vitoreando "God Bless America!". Y una diciéndo "bueno, supongo que todas esas cosas que no se aclararon terminaron bien... supongo que encontrará algún modo de salir de Mordor, no? oh, esta bien, van a estar bien... supongo.


¿Qué cosas no me gustaron del señor de los anillos?
Que es facha! Porque como persona izquierdioza debo encontrar facho y patriarcal todo lo que leo, escucho o percibo.
Pero fuera de lo obvio, tiene claros matices contra el comunismo y muchos mensajes sobre preservar el status quo y esas cosas. Pero en esos años, no se le puede juzgar... creo.
El ejemplo mas claro lo vi casi por el final, cuando hablan sobre los rufianes que le quitaban la comida a todo el mundo para "repartirla equitativamente", muy entre comillas, porque era muy de mentira, porque así es el comunismo. I got it... comunismo malo, comunismo wacala, fuchi, fuchi.

Lo que si fue una grata sorpresa fue la pelea de Eowyn, porque yo pensaba que era un invento de la película, como poner un personaje femenino en las películas del Hobbit, por ese feminismo mal entendido de hollywood, donde se considera obligación incorporar mujeres como cual incorporación de minorías. Pero no, de verdad Tolkien decidió que era buena idea hacer que una mujer fuera quien derrotara a una de las weás mas brígidas de toda la saga... aunque después decide dejar todo y casarse, pero da lo mismo, porque no iba a haber mas guerra. Así que no sé qué tanto me gustó eso.

Hay mucha de esa cosa del deber, de entregarse en la guerra y de que pelear está bien. Porque claro, la guerra para la fantasía es algo sumamente entretenido, mientras que es doloroso en la realidad.

Lo que menos me gustó, fueron esas partes donde se hablaba de personajes que eran malignos porque si, como si la maldad fuera una simple fuerza misteriosa... Una idea muy de Maquiavelo (así es, vi un meme en el que salía eso y ahora puedo hacerme la culta)... En fin. Como siempre, empecé a escribir esta entrada la semana pasada y ahora que la quise terminar, no recuerdo qué mas iba a escribir

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