Ayer falleció una tía. Y creo que debo escribir sobre eso.
Fue de esas muertes que nadie vió venir, porque no tenía ninguna enfermedad crónica, ni se accidentó antes. Simplemente le dolió la cabeza, se desmayó y murió.
En general los funerales me hacen sentir una mala persona y éste no fue la excepción. No sé si todos se sentirán igual de insensibles y poco empáticos, tal vez si, y por eso se tratan de limpiar la conciencia rezando rosarios. Como es el caso de mi tía y de todos los putos funerales a los que he tenido que ir. Dios santo! por qué todos en mi familia son tan católicos? No se podría morir un domador de serpientes? O simplemente un ateo?
He ido a varios funerales en mi vida, porque si bien mi familia realmente cercana es sumamente reducida, tengo un montón de parientes sueltos mas o menos lejanos, ya sea por sangre o frecuencia.
Tengo un millón de tías lejanas y la mayoría "en edad de...".
Y no es que realmente no sienta empatía, sino que siento que nunca estoy lo suficientemente triste en los funerales.
El primer funeral al que fui, era el de un tío de mi madre. Estaba super chica, tenía como 6 años, y mi madre me llevó. Recuerdo que en ese funeral lo que mas me perturbaba era la idea de ver un muerto. Estuve todo el velorio pensando en ir a ver al caballero que estaba dentro del ataúd, pero no me atreví. Solo recuerdo que vi le punta de su nariz y sería. Mi mamá me dijo que no era necesario que lo viera de todas formas.
El segundo funeral al que fui, era el de un primo de mi madre. En esa ocasión no recuerdo haber tenido la duda de ir a verlo, y mas tarde con mi madre nos enteramos que ese caballero se había suicidado. A ninguno de los dos los conocí jamás, ni de lejos, así que solo era la novedad del funeral.
Varios años mas tarde, cuando ya tenía 16 tuve que presenciar una muerte mas cercana: mi abuelo.
Y creo que fue el primer muerto que vi. Al principio, cuando llegué al velorio y vi el ataúd, no quise ir a verlo, y lloré. Después lo fui a mirar y lloré de nuevo.
Al año siguiente, tuve otro encontrón con la muerte: mi padre. Con mi padre casi no lloré, y fue cuando me encontré con esta sensación de ser una mala persona por no estar lo suficientemente triste. Pensé que cuando lo mirara en el ataúd lloraría, pero nada. No lloré durante el funeral, ni cuando lo enterraron... no lloré hasta alrededor de 6 meses después.
El 2010, falleció la hermana de mi padre y no tuve oportunidad de mirarla, ya que el ataúd estaba cerrado. Por mi tía no lloré nada. No me llevaba bien con ella y el último tiempo había tratado mal a mi madre. Me dió pena mi prima, pero no al extremo de llorar. Alcancé a cuestionarme mi falta de pena, pero no mucho.
Unos meses después falleció una tía lejana, a quien había visto un par de veces. No la odiaba, pero con lo poco que la veía, no quedó un hueco en mi corazón por su ausencia. Fue la primera misa de funeral en la que me quedé afuera de la iglesia.
El año pasado, falleció mi abuela y en el caso de ella, los cuestionamientos y las emociones encontradas fueron mas cuáticas, ya que mi abuela llevaba años sufriendo mucho dolor y todos quería que muriera para que dejara de sufrir. Además estaba el pequeño detalle de haber perdido a sus dos hijos, Por otra parte, el mismo día de la muerte de mi abuela, recibí otras malas noticias que cambiaron mi vida y tal vez eclipsaron un poco la pena por la muerte de mi tía.
Después de mi abuela, falleció la madre un tío, en Nogales, la localidad mas deprimente a la que he ido después de Olivar, el lugar donde viví toda mi infancia y adolescencia.
La conclusión es que he ido a mucho funerales.
Mentira, no hay conclusión.
Esta tía, la que falleció ayer, era muy unida a mi madre, pero yo no tenía mayor relación con ella. Mi madre está triste, y se siente culpable por no haberla visitado mas. Yo me siento mala persona, porque no me llevaba bien con ella y no era su culpa, sino que mía, porque soy hueviá.
Y claro, se creó el típico fenómeno que ocurre, que cuando alguien muere así, todos actuan como si la muerte fuera contagiosa y todos recuerdan que se pueden morir en cualquier momento por un derrame cerebral. Algunos lo tiran como talla, como mi otra tía, que dijo que se había quedado tejiendo un chaleco para terminarlo por si se moría antes de lograrlo.
Con mi prima nos pusimos de acuerdo en la ropa que ella quería usar cuando la enterraran y yo le pedí que ella me maquillara, porque había hecho un excelente trabajo maquillando a la tía difunta.
Ahora todos quieren ordenar su casa, para que nadie la pille desordenada en caso de muerte repentina. Y yo, hasta estoy pensando en comprarle ropa a mi madre, para que nadie la ande pelando de que no tiene ropa decente para irse al cajón.
Cuando mi abuelo falleció, a mi hermano le dió el ataque de familiaridad y le dió con que debíamos todos vernos mas seguido. Mi abuelo usaba un bastón de madera hecho por él mismo, y todos se querían quedar con el bastón. El plan de mi hermano era que todos conservaran el bastón un año y que luego se juntaran para hacer el "traspaso de bastón" y así tendríamos una excusa para encontrarnos todos los años. Luego recordó que mi tía es insoportable y que él no estaba ni ahí con verla y jamás se concretó el intento de tradición. El bastón está en la pieza de mi madre y seguirá ahí, hasta que ella se muera y mi hermano decida que el pedazo de madre es basura.
Y los meses que siguen, los viudos y los huérfanos se convierten en una especie de paria, porque ya todos están cansados del rostro de la muerte y los deudos aún no se han recuperado lo suficiente. Este proceso dura lo que ellos duren deprimidos.
Así que todo es bullshit. El lunes ya nadie se va a acordar de las cosas que debe hacer antes de morir, todos volverán a vivir con la ilusión de la inmortalidad colectiva, hasta que a alguien mas le toque morirse y entonces, comenzamos otra vez.
No los culpo, nadie se quiere quedar con la carga de algo que no podemos evitar, si la muerte va a llegar igual y no hay apuro en que llegue, no vale la pena calentarse la cabeza. Y claro, hay que vivir la vida a concho y todo eso, pero en éste momento tengo mucho sueño como para vivir la vida y mañana... bueno, mañana tengo que ir a un funeral... pero no se preocupen: el lunes empiezo.
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