Curiosamente ahora que trabajo con mas gente que me echa la foca, odio menos a la humanidad, porque normalmente entiendo su indignación. También debe influir que he aprendido a defenderme de la agresividad y básicamente he podido tener la libertad de pararle el carro a gente que anda cagando fuera del tiesto.
Ese no era un lujo que podía darme antes, porque trabajaba en ventas y está esa mierda de que el cliente siempre tiene la razón. Donde trabajo ahora, no. En mi trabajo actual puedo pararle el carro a la gente.
No por eso ando tratando a todo el mundo como las pelotas, espero se entienda. Pero existen ocasiones en que la gente actúa de forma irracional y entonces hay que decirles que corten el hueveo, con diplomacia... claro.
Pero finalmente, poder enfocar tu indignación en las palabras correctas y no en un balcuceo de chuchadas y gritos, es un ejercicio, y es un ejercicio que para gente como yo, agota. Porque yo vengo de una crianza laboral donde tenía que agachar el moño, donde si te pones a discutirle a un cliente, éste pone reclamo y la empresa te hace la desconocida, etc.
Me tiene un poco cansada la gente, porque la mitad de las veces es gente molesta, y la mayoría de esas veces, la gente está molesta por cosas ajenas al personal que trabaja en la oficina, entonces me siento a la defensiva en todo momento. Supongo que en algún momento dejará de agotar tanto, espero que así sea, porque planeo seguir trabajando en atención de público en el futuro, aunque un público menos indignado que el actual
No hay comentarios:
Publicar un comentario