miércoles, 10 de diciembre de 2014

yo contra la teletón

No es cierto... o si?
En fin, como yo soy medio slowpoke hablo de las cosas cuando ya pasaron. Y porque estuve super ocupada en esas semanas así que no escribí ninguna weá, solo alcancé a escribir el título de la entrada y tuve que hacer mas cosas, como dormir, ver tele... todo eso.
Y bueno, yo contra la teleton.
Digan todas las cosas buenas que quieran de la teleton, yo no voy a meterme con la fundación porque soy amarilla y porque me quiero ahorrar que alguien me diga "y coooomo dices eso? donde está el documento que lo acredite? ah ah? cuando tu tengas un hijo ENFERMO vas a entender".
Yo me voy a centrar en lo que puse con mayúscula.
Enfermo, mucha gente considera que alguien con una discapacidad, es una persona enferma, eso está mal.
Pero ya, dejando de lado las obviedades, a mi desde chica me molestó la teletón. Pasé años de mi infancia viéndola con una sensación desagradable en la garganta y la cabeza, sin comprender el por qué y sintiéndome mal conmigo misma, por sentirme así ante las personas discapacitadas. ¿Era una mala persona? Bueno, probablemente lo soy, pero no con los niños discapacitados.
Tiempo después, vi en Plan Z la conmovedora historia de Bernardo Adrián, el niño que nació sin su cabeza (dejo acá el video por si causa curiosidad al bot que lee mi blog).
Y bueno, el video me dió risa, pero no dejé de sentirme mala persona, porque encontré que ellos se estaban burlando de las discapacidades (o capacidades espaciales, como les gusta decir a algunos, en un intento desesperado y condescendiente).
Cuando entré a segundo medio, me acuerdo que llegó un compañero nuevo, que si bien no era discapacitado, si tenía toda la actitud y apariencia de un niño al que el resto de mis compañeros se comerían vivo. Por suerte mis compañeros no eran tan malvados y perversos, así que tampoco terminaron causando que el niño comenzara una masacre en el liceo. La cosa es que cuando llegó, me acuerdo que escuché a una niña, que se sentaba detrás mío diciendo "pobrecito, me da pena él".
Y entonces lo comprendí, comprendí que lo peor que puedes sentir por una persona, es lástima. Ya es penca su situación, como para que mas encima le tengas pena? No, que paja.
Comprendí entonces que el problema no eran los niños discapacitados, el problema era la música de fondo, los testimonios, la mamá llorando frente a la audiencia... mas música emotiva... etc.
Porque por ejemplo, la situación de Pollito (así le decían al niño que podrían haberse comido vivo, porque tenía cara de pollo), no era una weá insufrible, solo era pollo, y puede que haya estado triste algunas veces, y puede que haya tenido una autoestima baja... pero weón, eso no es nada que no le haya pasado a cualquier adolescente promedio que mas de alguna vez terminó llorando en el baño o paseando sola por el patio porque su única amiga no fue a clases ese día (guilty).
Y ya, nacer con un brazo menos, con una pierna menos, con alguna dificultad del habla, ceguera, sordera, etc, si es una weá que te limita, como también te limita ser mas chico que el resto y no veo que nadie le tenga lástima a la gente chica, ni a los enanos (personas pequeñas... lo siento).
La cosa es que tenemos este cliché de que todos somos diferentes (o era que todos somos iguales?), pero cuando vemos que a alguien le pasa algo que tememos que nos pase a nosotros, la lástima se magnifica demasiado.
No digo que haya que alegrarse por los discapacitados, ni mirar a huevo su situación, pero tener esa actitud de mierda de "ay, pobrecito, me da pena", es super contraproducente, porque creo, que si alguien sufre un accidente y termina con alguna discapacidad, la idea de que todos le tengan lástima será algo que lo afectará bastante, dentro de todas las otras cosas que le afectarán en su cambio de vida.
La otra vez mi hombre me decía que ese es un problema que tengo yo, que como soy tan orgullosa a mi me molestaría de sobremanera que me tuvieran lástima por alguna discapacidad, me dijo que la gente simplemente aprende a vivir con esa actitud de parte de la gente y se acostumbran. Yo pensé que podía tener razón, pero entonces pensé que tampoco eso es lo ideal, no debería tratarse de que un discapacitado se ACOSTUMBRE a que el mundo lo vea de forma diferente, porque ya se tiene que acostumbrar a un millón de cosas mas, como para mas encima agregarle eso. No wn, es el mundo el que tiene que adaptarse al discapacitado, y no tratarlo como un bicho raro sujeto de lástima.
Y bueno, eso opino




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