Cuando viajé a bolivia, quedé con la sensación de que me podía morir tranquila.
No es que haya sido la experiencia mas maravillosa de mi vida, pero los viajes a lugares así como medio semi casi exóticos te dejan la sensación de estar viviendo de verdad. Ningún otro viaje en mi vida me ha dejado esa sensación.
Ni siquiera el de la semana pasada, en el que mas de alguna pellejería pasé.
Por razones que tal vez en algún momento de mi vida me moleste en especificar acá, la semana pasada tuve que hacer un viaje de 23 horas en avión. Era de 23 horas porque tuve que hacer dos escalas antes de llegar a mi destino.
Descubrí en primer lugar que soy una persona miedosa, porque creo ha sido la experiencia mas aterradora de mi vida, y simplemente por el viaje no aguantaba mucho margen de error, ni mucho margen de atraso... finalmente, el riesgo de que se cayera el avión era la menor de mis preocupaciones...
Pero entre medio de la búsqueda de puertas de embarques, los controles de pasaportes, la compra de comida para juntar las putas monedas para poder comprar un puto pasaje de metro, tuve momentos en los que solo me podía sentar y esperar. Esperar que abrieran el embarque, esperar que el avión llegue a destino, esperar que el tiempo pasara. Y esos, fueron en realidad los momentos mas útiles, esos en los que no puedes hacer nada mas que esperar, porque no tienes nada que hacer, no tienes nada concreto que pensar, puedes simplemente dejar que tus pensamientos vayan a donde deben, o a donde quieren y yo, que tenía una especie de nido en la cabeza, algo logré desenredarlo en esos momentos.
Logré pensar un millón de cosas tranquila, logré sacar un millón de conclusiones, y encontrar un millón de explicaciones para mi misma, de cosas que no había logrado detenerme a pensar antes.
Tener un viaje tedioso completamente sola, creo que ha sido una de las cosas mas útiles que me ha pasado en la vida. Ná de andar meditando, haciendo yoga o qué se yo, la mano está en meterse en cosas tediosas, donde no puedes hacer nada mas que estar solo con tus pensamientos, y simplemente te resignes a que no puedes hacer nada mas, y entregarte al tedio.
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